Hoy El Avila amaneció azulito
impecable, me levante tempranito para admirarlo mientras me tomaba mi taza de
té. Mientras hacia esto, recordé la forma en que me enseñaste a subirla, LENTO,
PAUSADO, CON CALMA, ESAS ERAN TUS PALABRAS.
SIEMPRE ME DECIAS:
-
HIJA SI SUBES
RÁPIDO, NO PUEDES SENTIR EL AIRE QUE TE BRINDAN LOS ARBOLES Y TAMPOCO PUEDES
APRECIAR LA NATURALEZA.
-
ABUELO, EL
PROBLEMA ES QUE YO SIEMPRE ESTOY APURADA, PERO TRANQUILO, QUE CUANDO LLEGUE
ARRIBA TE ESPERO Y APRECIAMOS TODO ESO.
Te reías cada vez que
teníamos esa conversación.
Recuerdo clarito el día que
me maree y casi me desmayo. Venías bajando, me diste agua, me incorpore y
dijiste una vez más:
-
sube lento,
respira, camina en diagonal, eso te ayudara.
Acotaste:
-
está bastante
seco El Avila, cuidado con las hojas grandes secas que debajo podría haber una
culebra.
Yo asentí y te obedecí.
Siempre me emocionaba subir
por la julia, desde que me ponía las botas sabía que arriba te encontraría para
decirte "bendición abuelo" y sentarme aunque fuera 5 minutos.
Hoy siento una nostalgia
gigante que me pone el corazón chiquitico.
Se que cada vez que vea esa
hermosa montaña, sentiré que estas sentado en el pico naiguata cuidándonos a
todos.
Gracias abuelo por tantos
recuerdos, por enseñarnos el amor por la naturaleza, fuiste un gran deportista
y gran filosofo de vida.
Tu nieto carlitos te
describió de la mejor manera.
El señor de la montaña
Desde pequeños nos enseñaste
el amor por ese maravilloso cerro, el cual tuve la fortuna de conocer siempre
siguiendo tus pasos, a tal punto de creer que el avila era el patio trasero de
nuestra casa.
La libertad que sentía cuando subía por cualquiera de los
senderos, las conversaciones sentados en el segundo tanque o el día que me
ataco la culebra. Lo que es seguro abuelon es que esos momentos siempre estarán
entre los mejores de mi infancia. Hoy te doy las gracias, primero por haber
formado esta maravillosa familia y luego por haberme querido de la forma en que
lo hiciste.
TE QUIERO MUCHO DESCANSA EN
PAZ ABUELON.